Los Malos olores ambientales: un problema con solución | |
OCU, 01/08/2002 |
Los malos olores ambientales, provocados por diversas actividades (industriales, explotaciones de ganado, depuradoras, vertederos, etc.) son un tipo de contaminación ambiental. Aunque no llegue a ser tóxico, un mal olor es un agente contaminante, que provoca malestar, molestias respiratorias, alteraciones psicológicas, etc. Lo cierto es que los malos olores afectan al bienestar y la calidad de vida de las personas. Y a este respecto, la Organización Mundial de la Salud es muy clara: si hay malestar, hay un problema de salud.
Un método objetivo que se va implantando Tradicionalmente este tipo de problemas se han sufrido con resignación, con la idea de que el olor (malo o bueno) es algo subjetivo. Sin embargo, esto no es así: es posible cuantificar el olor, como explica la Organización de Consumidores y Usuarios. Para ello es posible recurrir a un estudio olfatométrico, que proporciona muchos más datos sobre la intensidad del olor y la sensación que produce en la población. La olfatometría es un método reconocido científicamente, y que ya es oficial en algunos países (en Holanda, por ejemplo). Este método se basa en el propio olfato y sigue un complejo proceso para determinar la magnitud del problema y establecer las posibles soluciones. A partir de ahí, se puede escoger la que, siendo viable, de mejores resultados. No hay que resignarse El consumidor afectado por un mal olor puede actuar para combatirlo, y a ello le insta la Organización de Consumidores y Usuarios. Ante un caso de una actividad que genere mal olor (lo que legalmente se podría considerar una actividad molesta), la OCU recomienda a los afectados seguir los siguientes pasos: - Reunir a todos los ciudadanos afectados: la unión hace la fuerza, y más en estos casos. - Acudir al Ayuntamiento para que éste solicite al causante que haga un estudio olfatométrico o bien consigan la autorización para realizarlo, aun por cuenta de los vecinos. El estudio olfatométrico permite tener datos objetivos, a la vez que establece la fuente del problema y sus posibles soluciones. - Si el estudio revela la existencia del problema y el Ayuntamiento no lo remedia, los ciudadanos deben formular su denuncia. - En caso de no obtener resultados satisfactorios, pueden acudir a la Comunidad Autónoma. - Si los intereses de los ciudadanos se ven lesionados por la Administración (por ejemplo, por omisión de las autoridades) pueden dirigirse al Defensor del Pueblo. - En última instancia, los afectados tienen la posibilidad de acudir a los Tribunales. A menudo, como apunta la OCU, la solución del problema es más sencilla de lo que parece: un cambio o un mayor control en los procesos, cubrir o cambiar la orientación de algún elemento de la instalación generadora del olor, puede mejorar sensiblemente un problema serio. Es un ejemplo más de contaminación y no hay por qué resignarse: todos saldremos ganando. |